03 mar. 2025

Condujo al mariscal Estigarribia para anunciar el fin de la guerra

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3-ACT

Las lágrimas del excombatiente Sindulfo Maidana vuelven a caer al recordar las palabras del Mcal. Estigarribia, a quien trasladó para hacer el anuncio del cese de las hostilidades, el 12 de junio de 1935.

Maidana era un joven bastante agraciado; con solo 17 años fue tripulante del imponente Cañonero Humaitá. Aprendió a conducir a los 8 años y rápidamente se instruyó en la mecánica, trabajando con unos parientes. Sus conocimientos y habilidades lo llevaron a ser el mimado del capitán de navío José Bozzano Baglietto.

Don Sindulfo era uno de los pocos jóvenes que sabían manejar, por lo que, iniciada la contienda contra Bolivia, estuvo al mando de un camión de guerra. Trasladaba a los soldados y llevaba agua. “Tenía que llevar a los heridos, me pedían que vaya más despacio, pero era imposible por el estado de los caminos”, recordó el veterano.

Entre una de sus más tristes anécdotas rememoró que a veces pasaba días sin comer, debido a la impresión que le daba el fuerte olor de los cadáveres que acarreaba. Un 8 de diciembre, los combatientes se encontraban en una zona inhóspita. Cuando sintieron que se estaban muriendo de sed comenzaron a rezar. Tan grande fue la fe que tenían, que se les apareció la imagen de la Virgen de Caacupé y en el sitio brotó un manantial, contó don Maidana.

Duros golpes

Terminada la guerra, don Maidana volvió a Caacupé y se casó con Augusta Ortega, con quien tuvo 6 hijos. El benemérito enfrentó otras batallas aún más duras: a los 50 años sufrió la pérdida de su esposa. Además, enterró a dos de sus hijos; un dolor que sigue latente en su pecho. Don Sindulfo tiene 101 años, vive en el barrio Industrial, de Caacupé. Sus hijas, María Selva, Angélica, Ubalda y Hermelinda, lo acompañan y honran día tras día.