El chillido de Chita la despertó de golpe. Sonia L. B. (28) salió corriendo al patio y se encontró con una escena desgarradora: su chancho, el más gordito apuñalado y siendo atacado por unos perros que, según ella, fueron soltados a propósito para matarlo.
Sonia denunció que el ataque contra Chita no fue un hecho aislado, sino parte de un hostigamiento que viene sufriendo por parte de la familia de su expareja.
Todo habría comenzado cuando, embarazada, pidió asistencia prenatal. El papá nunca se hizo cargo, según ella.
El último episodio ocurrió a eso de las 7:00 del martes último, en Capiibary, departamento de San Pedro.
Crueldad animal
“Mi chancho entró en el patio de ellos. Primero le clavaron, porque vi que uno de ellos tenía un machetillo y luego ya comenzaron a morderle los perros”, contó.
Incluso, ayer se viralizó un video grabado por su excuñada donde se ve cuando los animales persiguen a Chita.
El cerdo, que apenas caminaba, tenía varias heridas en el cuerpo y en el cuarto derecho, donde le clavaron.
“Yo me fui a comunicar en la comisaría y les pedí ayuda, porque no está bien que los vecinos hagan eso, porque tengo un hijo chico y es maltrato animal”, señaló. Sin intención de que nadie sea perjudicado, le dijo a los agentes que, por favor, hablen con sus excuñados y suegros, pero no se llegó a ningún acuerdo, tampoco nadie se hizo responsable con los gastos del animal herido.
A otro le mataron
Sonia contó a EXTRA que no es la primera vez que atacan a sus animales. Ella ya no sabe qué hacer.
Incluso en esta oportunidad ella misma salvó a Chita, pero sus excuñados le dijeron que se vaya de ahí, que deje al chancho.
Hace unos meses también hirieron de gravedad a cuatro cerdos que se escaparon de su chiquero y entraron a la propiedad de la familia de su expareja.
En total ya hirieron a cinco chanchos, uno de ellos murió.
“Al resto le pusimos remedio y lograron recuperarse. El de ahora vamos a tener que sacrificar, porque está con fiebre, porque le mordió perro”, dijo.
El papá de su bebé “no se quiere meter”
La afectada solo quiere lo mejor para su bebé, quien ya tiene cuatro meses. “Yo siempre le pedí (al papá) que me ayude, pero no lo hizo, incluso le pedí que se haga el ADN y no quiere. Eso les molestó (a la familia)”, contó.
Para una mejor atención, Sonia tuvo a su peque en Argentina, porque el hombre tampoco quiso correr con los gastos del parto. En varias ocasiones le pidió que hable con su familia, pero él alega que no se quiere meter. Sonia tiene mucho miedo.