No duró más que un día el jefe de seguridad de la cárcel de Tacumbú, pues renunció a raíz del descontento del grupo criminal “Clan Rotela” con su nombramiento.
El martes fue nombrado el funcionario de apellido Ortiz y el miércoles decidió dar un paso al costado, informó el ministro de Justicia, Edgar Olmedo.
“Tengo entendido que él tenía algún tipo de inconvenientes o diferencias con este clan. Eso generó una suerte de tensión en el interior del penal de Tacumbú y este señor, por cuenta propia, decidió renunciar a esa designación”, expresó a radio Monumental.
No precisó si hubo amenazas, tampoco el tipo de problemas que tenían ni hace cuánto tiempo. El funcionario habría tomado la decisión por temor a que ocurra algún incidente que le haga perder su carrera, pero tampoco se descarta que el miedo sea más por su integridad.
Olmedo aseguró que no hubo ningún motín, pero sí “tensión” en su momento. Ayer asumió el que se desempeñaba como subjefe.
“Esas diferencias ocurren en todos los penales”, alegó el titular de la cartera estatal. Añadió que es muy complicado ser jefe de seguridad y que no se le puede obligar a nadie a permanecer en un cargo.
El Clan Rotela tiene en dicha penitenciaría a unos 800 miembros y se calcula que la mitad de las operaciones del grupo se realizan desde las cárceles. El cabecilla es Armando Javier Rotela Ayala, a quien llaman el “zar del microtráfico”.