Los guardias del minisúper Biggie Express situado sobre la avenida Sacramento y Genaro Romero del barrio Trinidad de Asunción, se percataron que una mujer escondía entre sus ropas mercaderías. La clienta había estado calculando los precios, antes de intentar llevarse a casa sin pagar cuatro paquetes de tapa cuadril.
Rápidamente dieron aviso a los agentes de la comisaría 12 Metropolitana. Los efectivos no demoraron en llegar y procedieron a la detención de la mujer. Ella resultó ser Dora Meza, quien según su ficha policial registra en total catorce antecedentes entre los que figuran robos, asociación criminal y homicidio, mencionó a EXTRA el comisario Ricardo Leguizamón.
“Yo sé que voy a salir enseguida de nuevo porque es un delito vagatelario (si no excede los 350.000 lo robado, es de vuelta a la calle)”, dijo la mujer a los efectivos policiales, quienes constataron que lo que traía en manos apenas alcanzaba G. 342.650, lo suficiente para salir de nuevo e ir a casa tranquila.
Pero lo agentes pegaron un telefonazo a su jefe. “Yo le dije a mis oficiales que le digan a la fiscal que tiene una cantidad de antecedentes, además de varias restricciones por su último antecedente”, refirió el comisario. Coincidentemente, la última vez que fue detenida fue hace un par de años atrás, cuando quiso llevarse también sin pagar asado por el valor de G. 314.147, el 23 de julio del año pasado, delito por el cual fue sobreseída en octubre.
Pero la historia que guardaba detrás Dora era mucho más impresionante, propia de una película. Ella misma relató al comisario Leguizamón la hazaña que cometió en el año 2004, cuando su concubino fue asesinado durante un asalto en la ciudad de Capiatá.
“Le tuve tres días con el cajón en mi casa. Le llevé a Villarrica pero no quise enterrarle ahí, entonces le traje al cementerio del Este. Ahí los sepultureros creo que me delataron”, comentó la mujer al comisario.
El muerto era un peligroso delincuente famoso por su foja criminal durante los años 90': Isidro Vázquez Soley, quien fue autor de la muerte del guardia de Visión de Finanzas Ismael Gómez Adorno, cuando tenía 33 años.
En aquel tiempo, la mujer consiguió un acta de defunción falso para enterrar al peligroso criminal bajo el nombre de otra persona.
La mujer fue trasladada hasta la celda de la comisaría 12 Metro, donde quedó a disposición de la fiscal Carina Serón, en cuya oficina deberá prestar declaración esta mañana.