Rodeado de su rebaño, el pastor Silvino Zoto (55) llegó el viernes último a la comisaría 38 de San José Obrero, en San Estanislao (San Pedro), y no predijo lo que estaba a punto de suceder.
El líder del “Ministerio quíntuple la trompeta final Efesios 4.11” había denunciado por agresión a un grupo de exmiembros “descarriados” de su iglesia. Pero ellos sacaron a luz varias irregularidades, como la exigencia del 100% del diezmo.
Lo que Zoto no sabía es que el Ministerio Público dictó orden de captura en su contra. Como el lugar donde vive es casi impenetrable y ante el riesgo de que escapara, le dijeron que debía firmar unos documentos en la comisaría con relación a su denuncia, pero al llegar fue detenido y esposado.
La fiscala Lilian Ruiz ordenó que el predicador sea llevado a la comisaría 8 de Santaní, donde guarda reclusión.
En contacto con EXTRA, Ruiz explicó que, por ahora, Zoto tiene una causa por coacción, porque obligaba a sus fieles a hacer cosas que ellos no querían. Agregó que el lugar donde viven “los hermanos”, en el asentamiento Cañada San Blas, se creó un mundito aparte, algo así como lo que ocurre con la secta Pueblo de Dios.
“Él obligaba a cierta gente a hacer muchas cosas, el tema del diezmo, tenían que trabajar la tierra y diezmar, después ya se quería quedar con las ganancias, les obligaba a sacar motos de casas comerciales a nombre de los fieles y las ovejas pagaban”, detalló.
Ni luz quería
Ruiz contó que el predicador prohibía a la congregación tener y usar celulares y energía eléctrica. También realizaba casamientos entre menores de edad, que también eran obligados a vender chipa en la calle.
“Hay muchos hechos que investigar, él dice ser ciudadano argentino, pero por sistema AFIS vamos a empezar a trabajar desde el lunes, saber su verdadera identidad, de dónde vino y sus antecedentes en Argentina, y si realmente es argentino”, refirió la fiscala.
Él cortaba la torta
El lío surgió hace una semana, cuando las “ovejas blancas” pretendían mudar el templo a otra parte a pedido de Zoto, pero fueron interceptadas por las “ovejas negras”, quienes iniciaron una batalla campal.
El pastor quiso intervenir, pero lo corrieron. “Se apodera luego de todas las tierras ajenas, él dice ‘esta es la iglesia, acá vamos a hacer la iglesia¿, más o menos se creía Pedro en la religión católica”, dijo Ruiz.
Al predicador le tenía como víctima, pero con los testimonios de los “descarriados”, Ruiz pilló que los otros eran las verdaderas víctimas.