El último sobreviviente de los siete chanchitos de la familia Romero, “Porky”, no conocerá la nueva casa del barrio San Francisco, que está a punto de inaugurarse. Su destino quedó marcado al prohibirse la entrada al complejo habitacional a los animales de granja y el cerdito será convertido en cena familiar navideña, en el domicilio a estrenar de doña Laura Romero.
Ama de casa, Laura hace varios años quedó sin empleo, dependiendo desde entonces la economía hogareña de su marido, quien trabaja en la comuna capitalina. Ella se ocupó entonces de la crianza de los animales, entre chanchos y gallinas.
Madre de cuatro nenas (la mayor también adjudicada), cuenta que al menos cinco veces tuvo que migrar de aquí para allá en la Chacarita, corriendo de la crecida del río. Desde hace más de un año reside en el Refugio Costanera, donde cada palo que sostiene su precaria vivienda “tiene su historia”, señaló.
Su familia fue una de tantas que se ligó una de las casas del nuevo barrio San Francisco, pero cuando se enteró de que no podría llevar sus chanchos y gallinas, decidió venderlos de a poco, quedando solo uno de ellos.
“Lastimosamente no vamos a poder llevar. Dos de ellos luego nos robaron los drogadictos, el resto vendimos y mañana (por hoy) vamos a matar el último para ofrecer a gente que venga a apoyar en la mudanza. Luego vamos a guardar para la cena de Navidad, en la nueva casa”, manifestó ayer, mientras terminaba de acomodar las últimas bolsas listas para la mudanza.