18 oct. 2025

Caminó 14 años hasta Caacupé para casarse con su gran amor

Ña Nicolasa peregrinó desde Ypacaraí para pedir su milagro a la Virgen. 31 parejas dijeron ¡Sí, quiero! en boda comunitaria de Luque

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Nicolasa y Cristino (a la izquierda) y Fabiana con Luis fueron dos de las 31 parejas que se animaron a jurarse amor eterno.

Gentileza.

Durante 14 años, Nicolasa Núñez caminó desde Ypacaraí hasta Caacupé con un solo pedido en su corazón: que Cristino Lezme aceptara casarse con ella.

Cada diciembre hacía la misma peregrinación, rezaba con la misma fe y volvía a casa con la misma esperanza.

“Yo siempre quise casarme, pero él no quería. Tuve que luchar contra muchas cosas y hasta contra varias mujeres que eran mi competencia”, contó a EXTRA entre risas.

Nicolasa, de 50 años, conoció a Cristino, de 51, hace 14 años. Lo que la enamoró fue su buen humor y su forma de ser. Comenzaron a salir rápidamente, pero desde el principio hubo un problema: ella soñaba con casarse y él no quería saber nada del matrimonio.

Pero nada la hizo perder la fe. Año tras año, Nicolasa hacía sola el camino hasta la ciudad mariana para pedirle a la Virgen el milagro.

La constancia de Nicolasa comenzó a dar frutos. Hace cuatro años, Cristino empezó a acompañarla en las peregrinaciones. Caminaba junto a ella. Cansada de esperar, ella misma le propuso matrimonio y ayer Cristino finalmente dijo que ¡SÍ!

“Gracias a la Virgen me pude casar”, dijo la doña quien celebró junto a su nuevo marido y su hija de 12 años.

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Al cuarto intento

Otra historia de amor y fe es la de Fabiana Noguera, de 33 años, ama de casa, quien también selló su unión con Luis Centurión (48). Se conocieron cuando ella era jovencita, ya que Luis trabajaba con su papá.

Dos años después se hicieron novios, pero la vida no fue fácil: enfrentaron la dolorosa pérdida de su primer hijo, lo que los marcó profundamente.

Después de esa tragedia, Fabiana sintió que necesitaban fortalecer su unión ante Dios. “Quería casarnos para no estar más en pecado y pedir la bendición del cielo”, explica. El problema era que Luis no se decidía a proponerle matrimonio.

Cuando finalmente Luis se animó a pedirle que se casen, Fabiana le dijo que no. Una, dos, tres veces. “Quería que él supiera lo que se siente esperar”, bromeó. En el cuarto intento, ella aceptó. Hoy tienen una hija de 14 años. Fabiana se dedica al hogar y Luis trabaja como chofer repartidor.

En total, 31 parejas se casaron ayer en la parroquia Cristo Rey de Luque, gracias a la Fundación Santa Librada y su programa “Sagrada Familia”, que cada año ayuda a decenas de parejas a formalizar su unión bajo la bendición de Dios.

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