Los pobladores de una comunidad de Caacupé viven con el “Jesús” en la boca desde hace unas semanas, debido a las fuertes explosiones de bombas de los obreros en la ampliación de la Ruta PY2 en la zona. Los estruendos son tan fuertes que aseguran que sienten como un terremoto, una “lluvia de piedras” y “olas de polvo”.
Beatriz Chaparro, una de las vecinas afectadas, contó a EXTRA que la situación se volvió insostenible ayer al mediodía porque una de las bombas que explotaron fue tan fuerte que volaron decenas de piedras sobre sus casas y patios, ocasionando varios daños.
“No nos dijeron que desalojemos la zona, nos dijeron nomás que la dinamita sería más fuerte, que atajemos a los niños y perros”, comentó la afectada. Señaló que las piedras volaron hasta 100 metros de la zona de la explosión y que en una de las casas rompió parte del techo.
Son varios vecinos los afectados por el “sismo” que producen las bombas, sus casas se agrietaron por los fuertes movimientos, otros sufren por el peligro de las piedras y se llenan de polvos.
Los vecinos reclamaron a los encargados de las obras, pero señalaron que la respuesta de ellos les dejó con la boca abierta, ya que uno de los técnicos les gritó y les dijo que anoten todos los daños ocasionados, ya que iban a pagarles, no obstante, Beatriz y los otros afectados, indicaron que lo que ellos temen es que haya víctimas.
“Nosotros no estamos en contra del progreso, sino pedimos que lo hagan en forma, que nosotros estemos seguros”, alegó Chaparro.
Los obreros están cavando pozos en la zona para nivelar la ruta, por ello usan los explosivos que asustan a los pobladores.