En las parroquias franciscanas se tiene una tradición bien conocida: cada 4 de octubre, Día de San Francisco de Asís, las personas llevan a sus mascotas para que los hermanos posen sus manos sobre ellos y los bendigan.
Desde perros, loritos, pollitos, hasta serpientes; la variedad de mascotas “santificadas” es asombrosa. “Hoy vino una señora desde Encarnación con un pollito para que sea bendecido, muchas mascotas representan varias cosas para las personas”, afirmó el fraile Thomas Sosa, de la capilla San Pío, del barrio Trinidad.
El religioso mencionó que es una forma de venerar la naturaleza, creación de Dios. Los franciscanos imponen las manos con una rama entrelazada, pronuncian una oración y derraman agua bendita sobre las mascotas.
La bendición va hasta las 21:00 en la capilla San Leopoldo. En la capilla San Pío, de Trinidad, se hará hasta las 18:00; en la de Surubi’i, hasta las 19:00; y en Ciudad del Este, hasta las 18:00.
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