Andrés Benítez, frente a su casa en Trinidad, a punto de salir a recorrer las calles para ganarse el pan diario. Un autorradio y un parlante le hacen un mecánico muy particular. Andrés Avelino Benítez (64) tiene la piel curtida de tantas horas que pasa pedaleando bajo el sol. Las manos las tiene manchadas con grasa y aceite que utiliza a diario para arreglar sus amadas bicicletas.
De niño trabajaba en Puerto Falcón, donde le llamaba mucho la atención una bicicletería de la zona. “Siempre iba a mirar qué había ahí", cuenta con una sonrisa. “Arreglé mi primera bici cuando tenía 12 años. Desarmé, saqué los rayos y le hice mantenimiento. El señor que me enseñó dijo: ‘Alguna vez este trabajo te va a mantener’. Por eso siempre le recuerdo”, revela.
Sin embargo, recién a los 18 años Andrés consiguió su primera compañera a pedal. En la actualidad, lleva un autorradio con un parlante que llama la atención en la Costanera de Asunción. “Me gusta la música. Escucho de ida o cuando estoy trabajando”, comenta el laburante.
Nuestro protagonista vive en Trinidad y lleva 30 años reparando bicicletas. Hasta el día de hoy recorre casa por casa en distintos barrios para buscar clientes, pero reconoce que donde mejor le va es en la Costanera.
Reconocido
“En la bahía tengo muchos clientes donde arreglo la bicicleta y el karting. Soy como un comodín”, presume el trabajador. A los 25 años contó con su primera bicicleta que él mismo armó. “Prefiero andar por la calle que tener un salón”, asegura.
Andrés tomó el biciclo con tuercas, llaves, aceites y repuestos para enfilar hacia la Costanera. “La bicicleta es mi vida. En un accidente me lesioné la rodilla y me afectó la audición, pero seguiré adelante”, culmina.