16 abr. 2024

Alumnos dan clases en un depósito tras la tormenta

El temporal ocurrió el 19 de octubre y todavía no se repara la institución. También hubo dos niños heridos.

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La escuela San José, de Gral. Resquín, fue seriamente dañada por la tormenta.

Gentileza

La profesora Blanca Ortiz está preocupada por la seguridad de sus alumnos, porque todavía no se reparó la escuela San José, afectada por la tormenta del pasado 19 de octubre. Por eso retomaron las clases en un salón utilizado como depósito.

La institución está ubicada en el distrito de General Resquín, departamento de San Pedro.

“Aún no tenemos energía eléctrica en la escuela, porque solo mandamos a bajar todas las llaves para evitar accidentes con los cables y clausurar la parte donde el techo está afectado”, explicó.

La escuela rural funciona como plurigrado, los estudiantes del primer ciclo van a la mañana y los del segundo ciclo, a la tarde.

“Son 21 niños inscriptos oficialmente, pero en verdad asisten 26, porque los que corresponden a la edad de preescolar acordamos en la comunidad que asistan”, añadió la maestra.

Si bien la intendenta de General Resquín se comunicó con la institución y ofreció chapas, nada se pudo resolver hasta ahora porque falta mano de obra profesional y cemento para volver a colocar las tejas que cayeron, así como un profesional electricista para poner en condiciones las instalaciones eléctricas.

La docente decidió abrir la escuela porque consideró que los niños necesitaban volver a reencontrarse con sus pares y conversar, porque la mayoría de ellos pasó por la situación traumática de que la tormenta destruyera sus casas y los cultivos de sus familias.

Hubo estudiantes heridos

Además de solicitar apoyo para arreglar la escuela, la profe Blanca también pidió ayuda de las instituciones para sus estudiantes heridos durante la tormenta.

La casa de doña Gilda Martínez quedó seriamente dañada por el temporal, pero lo que más le preocupa es que dos de sus hijos sufrieron lesiones.

El de 12 años tuvo una herida de cinco puntos y el de 6 años presenta una lesión en la zona de la oreja. Otro hermanito salió ileso del temporal, pero el más chico de todos, de 2 años, quedó muy asustado. “No quiere separarse ni un minuto de mí”, comentó.

Por el momento están refugiados en la casa de la abuela y los tres niños más grandes todavía no volvieron a estudiar.

El de 12 años, que se llevó la peor parte, todavía necesita hacerse más controles médicos y para eso debe viajar al Hospital General de Santa Rosa del Aguaray.

“De ropas y cosas, nos quedamos con lo que teníamos puesto. Por las noches, me cuesta dormir y a mis hijos, con apenas un poco de viento, ya no pueden dormir”, dijo doña Gilda.