Víctor Acevedo, un joven enfermero de la ciudad de Tomás Romero Pereira, Itapúa, no podía soportar ver a los pobladores de su ciudad pararse horas y horas en fila, en el vacunatorio anticovid que funciona en el salón municipal, es por ello que, prácticamente sacrificó su sueldo de un mes y donó decenas de sillas al puesto de salud.
El noble acto enterneció a sus colegas, a médicos y a los pobladores de la zona, quienes le agradecieron en las redes sociales por tanta entrega y amor hacia los pacientes y sus compueblanos.
Los pobladores mencionaron que hasta hace unos días usaban sillas de la municipalidad para sentarse mientras esperaban su turno, pero que sorpresivamente los funcionarios de la comuna se acercaron al lugar y llevaron todas las sillas, ni los vacunadores tenían dónde sentarse.
Este hecho indignó y a la vez motivó a Acevedo, por lo que compró 40 sillas de plástico de una marca muy resistente al centro de salud. En total gastó G. 2.000.000 de su sueldo.