El subjefe Mariano Sosa está imputado y sigue detenido. La dueña del karaoke Qatar, de Capiatá, Pamela Núñez, acusó al cura párroco José María Velazco de encabezar la manifestación de vecinos frente a su local, en el momento en que el joven de 18 años, Miguel Ángel Marín, perdió la vida al recibir un balazo en la cabeza por parte del policía “gatillo fácil”, Mariano Sosa, por no detenerse durante una intervención fiscal.
“El padre Velazco se encaprichó para cerrarme el local. Incluso llegaron a quemar gomas en frente. No es la primera vez que hace eso. Como no puede cerrar mi local, mandó cerrar un comedor de 100 niños pobres. Después mandó cerrar un hotel”, expresó en conversaciones con la 970 AM.
Además, dijo que el sacerdote paga “coimas” a las autoridades. “Él se cree el dueño de Capiatá. Le paga a los comisarios y hace lo que quiere”, sentenció la modelo y empresaria.
Testigos
El hecho generó impotencia y un repudio generalizado de los vecinos. “No fueron disparos intimidatorios, eso es mentira. Solo hubo un disparo que realizó el comisario Sosa y fue directo a la cabeza de ese pobre muchacho”, relató Eligio García, vecino y testigo del hecho. Además, el propio fiscal de la causa, Blas Imas, pasó a ser testigo del hecho, ya que se encontraba interviniendo el local y vio cuando dispararon al chico. “A mí probablemente me separen de la causa porque evidencié la situación”, comentó conmocionado. Incluso el agente fiscal lloró cuando presenció el asesinato, según relató la propietaria del local nocturno.
El subjefe Mariano Sosa está imputado y sigue detenido en la agrupación especilizada. Los vecinos de Capiatá hace rato que viven enfrentados constantemente ante varios conflictos. En la ciudad están divididos entre los que apoyan y los que cuestionan al sacerdote español.