La panza apenas se le notaba, pero su mamá le prohibió salir a la calle. Sin embargo, los vecinos pillaron que la chica de 17 años estaba embarazada.
Los rumores corrieron en un barrio capiateño, hasta que la propia madre de la adolescente le reveló a un vecino que el bebé que esperaba su hija era de su propio marido.
La situación dejó a todo el vecindario preocupado. Desde hacía meses ya no veían a la muchacha y todo tipo de cosas se les pasó por la cabeza.
Fue así que decidieron llamar al 147, sistema de Fono Ayuda, donde informaron que una niña había sido abusada por su padrastro. La primera versión era que la víctima tenía entre 14 y 15 años. No se sabía bien, porque físicamente es muy pequeña.
“Él confesó, la mamá también estaría implicada. Los vecinos dijeron que le tenía encerrada y no le dejaba salir a ningún lado para que nadie se diera cuenta, para que después cuando nazca la criatura, vender supuestamente”, relató a EXTRA el comisario Gabriel Recalde.
Desde los 13
El hecho fue comunicado inmediatamente a la fiscala Carolina Martínez y ella rápidamente fue hasta el lugar y los vecinos le hicieron escuchar el audio de la mamá.
“Conversamos con la menor y primero nos dijo que estaba embarazada de un noviecito suyo. Después, cuando la mamá confirmó que sabía que su hija estaba embarazada de su pareja, la niña no tuvo de otra que contar la verdad”, mencionó la fiscala del caso.
La menor le dijo que desde los 13 años mantenía una “relación” con R. A. F., de 36 años. “Ella nos dijo que está enamorada de su padrastro. Con esos elementos procedía a imputarlo”, refirió Martínez.
Los abusos fueron constantes y reiterativos, pero la mamá de la adolescente dijo que “hace poco nomás se enteró”.
La menor quedó a cargo de ella, pese a que esta visitó al abusador en la comisaría. Ayer se decretó su prisión.
Pide justicia para su hija abusada
Liz R. denunció a través de sus redes sociales que tras realizar varias publicaciones anunciando que se elevó a juicio oral la causa contra el hombre que intentó abusar sexualmente de su hija, empezó a recibir mensajes intimidatorios. “No me callo, gritaré hasta morir, quiero cárcel para Jorge Z.”, escribió la mujer en Twitter. También dijo que un amigo del procesado le hostigó con señas durante las audiencias.