Un brasileño de 29 años es juzgado por matar a su esposa para quedarse con su suegra. Bruno Costa está sentado en el banquillo de Apucarana (estado de Paraná), porque en la madrugada del 9 de mayo del 2013 mató con más de 30 puñaladas a su esposa Jéssica Carline Ananías, entonces de 22 años, inventando una escena de supuesto asalto.
Bruno se había involucrado con su suegra, Celia Forte (50), hacia unos cuatro años y todo se mantuvo en secreto hasta que un día su hija, Jéssica, vio unas conversaciones en la computadora de la casa que la dejaron estupefacta. Pilló que su propia madre era su “cuerno” y se armó el escándalo en la familia. Entonces, tanto Bruno como Celia tuvieron que admitir que eran amantes.
En la noche del crimen, el marido llevó a la hija de la pareja a la casa de los abuelos, dado que al día siguiente la pareja tenía planeado viajar al Paraguay. Para la escena del supuesto asalto, Bruno contò con la colaboración de su tocayo Bruno Cesar Albino, quien cobrò 400 reales por el “trabajo” de ayudar en el asesinato.
Cuando la policía lo interrogó, el marido cayó en contradicciones y terminó confesando su autoría. En tanto, su ayudante también cayo al dìa siguiente, al llamar él mismo a la policía para confesar los hechos. La suegra fue detenida dos semanas después y solo admitió que era amante de su yerno, pero negó estar relacionado con el crimen de su propia hija.
Sin embargo, según la denuncia, Bruno Costa y su suegra planearon detalladamente el crimen en un motel de Londrina y posteriormente repasaron paso a paso lo que harían. La decisión habían tomado unos tres meses antes. Ambos se habian acercado y comenzado a relacionarse poco después de que Bruno y Jéssica se casaron.
En su declaración, Bruno reiteró en todo momento que su suegra estaba al tanto de los planes del crimen, mientras doña Celia alegó que tras involucrarse con el yerno el mismo la tenía amenazada por lo que no podía cortar la relación. Según su versión, Bruno decía que si la mujer le dejaba él le harìa daño a su hija de 6 años.
Aparte de la declaración del homicida confeso, otro momento muy fuerte del juicio fue cuando fue llamado a declarar el marido de Celia, y papá de la asesinada. El mismo se limitó a responder que perdonaba a su esposa por la traición y luego pasó a defender sla inocencia de su mujer en el caso. El proceso debe terminar en las próximas horas, con una sentencia del sonado asesinato.