El menor fue sometido varias veces por los abusadores, quienes eran amigos de la familia. Ambos le pedían que se vista de mujer y abusaban de él en su propia casa.
El ladrón ató la máquina a su moto, subió al trabajador. De ida al terreno indicado le pidió comprarle yuyos, momento que aprovechó para rajar del lugar.
En medio del llanto dieron el último adiós hoy a un médico, en los pasillos del hospital, mismo lugar donde los pacientes usan hasta cajas de manzanas para acomodarse en su internación.