Declarado como "siervo de Dios" por el Vaticano, Sepé Tiarajú dio su vida para defender a 30.000 indígenas de un desalojo forzado por España y Portugal. Si bien el proceso lleva su tiempo, ya le dicen "San Sepé" y hasta tiene su propia oración.
Juan María Carrón alega que los sacerdotes deberían formar una familia, incluso trabajar aunque sea medio tiempo para mantener su hogar "como los primeros sacerdotes".
El Padre Julio ya fue declarado Siervo de Dios, la segunda etapa sería que se lo reconozca Venerable y de ahí en más se apunta a la Beatificación y finalmente la Canonización.