El Santo Padre llegó ayer a la ciudad ecuatoriana de Guayaquil, primer país de la gira pastoral latinoamericana, donde fue recibido por decenas de niños apostados a un costado del avión, con banderines y carteles. Luego del saludo protocolar, Francisco, al paso por la alfombra roja, posó para una selfie con dos jóvenes fieles que formaban el cordón de honor.
Por el camino también se detuvo a saludar, con abrazos y bendiciones, a los niños que asistieron en su bienvenida. En el aeropuerto fue recibido por el presidente Rafael Correa, el vicepresidente Jorge Glas, el canciller Ricardo Patiño y el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot.
Salió del protocolo
El Sumo Pontífice, como muestra de su humildad, salió nuevamente del protocolo durante su visita por Ecuador, para estar más cerca de sus fieles. Bergoglio interrumpió su descanso en la Nunciatura, luego de más de 13 horas de viaje, para salir a saludar a cientos de católicos que clamaban su presencia. Al asomarse, Francisco bromeó con la frase "¡Dejen dormir al vecindario!” y bendijo a la multitud que se encontraba en el lugar. Posteriormente, rezaron un Ave María.
El papa Francisco permanecerá en Ecuador hasta el miércoles 8 de julio y luego se trasladará a Bolivia. Por último, visitará nuestro país, donde concluirá su primera gira por latinoamérica.