Hace una semana una pareja dormía plácidamente en su casa de Córdoba, Argentina, cuando tres ladrones armados entraron a su casa y los golpearon. El hombre tomó una catana (espada japonesa) que tenía colgada como adorno e hizo huir a los asaltantes, causándoles varias heridas cortantes en los brazos.
Amenazas y ¿demandas?
Ahora el hombre agredido en su propia casa recibe amenazas en su Facebook, presuntamente por familiares de los agresores. Además, la abogada de los detenidos dice que el hombre habría incurrido en exceso en su defensa, dando lugar a pensar que podrían demandarlo.
¿Y la legítima defensa?
“Defendí a mí familia y me vi obligado a hacer lo que hice”, dijo el hombre de 49 años, quien aclaró que no sabía usar la espada, porque en ese caso “podría haber matado a los asaltantes”. “Perdí el control cuando le pegaron a mi señora”, agregó, “y me di cuenta que estaban alcoholizados y drogados”.
La fiscalía entiende que el hombre actuó en forma proporcional y no lo imputaría; sin embargo las declaraciones de la abogada podrían indicar que preparan demandas contra el hombre agredido.