El papa Francisco calificó ayer de “acto deplorable” la sustracción de documentos secretos del Vaticano y aseguró que esto no le apartará de continuar con las reformas que quiere realizar.
“Este triste hecho no me desvía ciertamente del trabajo de reformas que estamos realizando junto con mis colaboradores”, dijo Bergoglio. En sus primeras palabras sobre el último escándalo que envolvió al Vaticano, indicó que él mismo había “pedido hacer ese estudio” sobre las finanzas y que tanto él como sus colaboradores estos documentos “ya los conocían bien”.
Tras el rezo del Ángelus, el Papa se dirigió a los fieles y dijo: “Sé que muchos de ustedes están turbados por las noticias que han circulado en estos últimos días, a propósito de los documentos reservados de la Santa Sede que han sido publicados, quiero decir que robar estos documentos es un delito, es un acto deplorable y que no ayuda”, agregó el Papa.
La filtración de documentos del Vaticano se ha publicado en dos libros y ya fueron detenidos el pasado fin de semana el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda y la italiana Francesca Chaouqui, sospechosos de ser los responsables.