Desde que era niño, Bill Rohr supo que algo no andaba bien con su cuerpo. No entendía por qué todos lo trataban como un varón si él se sentía niña. Su pubertad fue mucho peor, pero se las arregló para dejar atrás esos “malos” pensamientos. Fue alumno ejemplar y estudiante modelo. Se recibió de médico en Princeton y se hizo cirujano ortopédico. Como ejecutivo de negocios, recorrió el mundo, se casó y adoptó dos hijos con su esposa Linda (muchos años después supo que su cuerpo no producía testosterona).
La confesión
Pese a su exitosa vida y un feliz matrimonio, el fantasma de su real identidad lo persiguió por siempre hasta que algo cambió su vida: leyó la columna de un especialista en transexualidad en el “The New York Times”, Bill se sintió totalmente identificado y supo qué le ocurría. En 2013 Bill sabía que era tiempo de dar el gran paso y confesó toda su historia a Linda, su mujer. Si bien fue difícil aceptar la verdad, ella lo apoyó al igual que sus hijos adultos.
Una nueva vida
Luego de tres años de esa difícil confesión, el 17 de febrero de este año Bill se sometió a una cirugía en el Centro Médico Mills Península de San Francisco y cambió la anatomía de su cuerpo, pasando a ser una mujer llamada “Kate Rohr”. Hoy, Kate Rohr y su mujer viven felices su nueva vida. “Esto no se trata de género, es acerca del alma”, concluye su esposa.