Era una noche de 2001 en Carolina del Norte (Estados Unidos). Mitch Hunter, un soldado de Indiana, vio como una mujer chocaba con su vehículo contra un poste eléctrico. No dudó en actuar y salvó la vida de la conductora, pero él se electrocutó: durante unos cinco minutos, 10.000 voltios le pasaron por su pierna izquierda y cara, perdiendo el miembro y quedando terriblemente desfigurado, transformándose en un monstruo.
El cambio
Mitch se sometió a numerosas operaciones, pero con pobres resultados, ya que no eran funcionales ni mejoraban la estética. Salir a la calle era motivo de una gran depresión, hasta que en 2011 dio el gran paso y se convirtió en la segunda persona del país que recibía un trasplante de cara. Cinco años de tratamientos han conseguido que Mitch tenga una nueva vida con el rostro de un donante; ahora decidió dar a conocer su historia.
Nueva vida
Hunter tiene un trabajo a tiempo completo como mecánico, su cara es totalmente funcional y con sensibilidad. “Creo que ha sido un viaje duro, pero asombroso”, afirma.