Vestidos de verde y amarillo, el color de la bandera nacional, una multitud de brasileños salieron a las calles para exigir la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff, hartos de la triple crisis económica, política e institucional que sacude al país.
Tercera protesta
Es la tercera gran protesta contra el Gobierno en seis meses. Unas 436.000 personas indignadas con la situación del país salieron a las calles en 136 ciudades, según la Policía. Mientras, los organizadores calculaban unos 704.000 manifestantes. Al cierre de esta edición estas cifras no contabilizan aún la manifestación que colmó gran parte de la avenida Paulista en Sao Paulo, centro económico de Brasil y su mayor ciudad, con 11 millones de habitantes, así como Rio de Janeiro y otras ciudades.
Escándalo
Agitando banderas del Brasil o vestidos con la camiseta “verdeamarela” de la selección de fútbol, los manifestantes cantaron el himno nacional y levantaron pancartas donde se leían “No a la corrupción”, a raíz del colosal escándalo de sobornos que ha costado más de 3.000 millones de dólares a la petrolera estatal Petrobras.