Como si estuviera poseído por el demonio, Mathías Acosta llegó alrededor de las 3:30 de la madrugada de ayer a la casa de su exsuegra, la profesora Liliana Vargas, quien fue víctima de intento de homicidio.
La mujer, de 47 años, descansaba junto con su hijita de tres años cuando los ladridos de sus perros, seguidos por golpes, quebraron su sueño.
“Pensé que entraron a robar, le llevé a mi bebé al segundo piso pensando que ahí no iban a llegar”, mencionó a EXTRA. El hecho ocurrió en el barrio Crucecita de Pilar, departamento de Ñeembucú.
Con los gritos del joven de 24 años, enseguida reconoció la voz. En las cámaras de circuito cerrado vio al joven, destrozando puertas, ventanas y sus dos autos con un hacha.
“Hablaba en un idioma que no entendí. Me decía ‘te voy a matar, te voy a enviar junto a el Señor (Dios) porque él te ama’”, relató la profe Liliana, contó que Mathías fue “amigovio” de su hija mayor en el año 2017, cuando ella cumplió 18 fue a estudiar a Asunción y no supo más nada de él.
“Mi hija me dijo que era muy violento. Que cuando ella le bloqueó en las redes empezó a seguir a sus amigos en Instagram”, refirió la víctima.
Aseguró que fue casi media hora el tiempo que causó destrozos hasta que llegaron los agentes de la Comisaría 1ra. “Si entraba me iba a matar”, dijo.
Los policías lo llevaron al hospital Regional, donde quedó internado pues parecía estar drogado, dijeron.
“Por protocolo se le llevó al hospital Regional pero ahí, por el estado en que le vieron los médicos recomendaron que quede internado para desintoxicarle”, dijo Claudio Arce, jefe de Relaciones Públicas de la Jefatura de Ñeembucú.
Acosta quedó internado bajo custodia policial en el lugar.
Arce mencionó que el detenido tiene antecedentes por adicción y es paciente del departamento de salud mental del Hospital Regional por este motivo.
Robó un auto, pero lo dejó tirado
Para ir a la casa de su exsuegra, Mathías tomó “prestado” sin permiso el auto del playero Gabriel Alegre. El muchacho de 23 años dejó estacionado su coche con la llave puesta en su lugar de trabajo, situado no muy lejos de la casa de la profesora. “Tenía antirrobos había sido entonces paró de él y vino caminando”, comentó la profe. El hecho fue comunicado al fiscal de turno Milciades Ramos, quien se encargará de investigarlo.
