Triste fue la jornada vivida ayer en el velorio de quien fuera la “enciclopedia del deporte”, Gustavo Köhn, que se llevó a cabo en la Secretaría Nacional de Deportes. Rodeados de 36 coronas de flores, la esposa Maura y los hijos Leticia; Gisselle y Gustavo junto con otros familiares y allegados al comunicador, lloraron y no se alejaron del féretro.
La incansable Maura habló con EXTRA y con lágrimas en los ojos expresó: “Ahora nuestro oso está hibernando, en algún momento le vamos a encontrar”. La última conversación que mantuvieron fue un momento antes de que Gustavo ingrese a terapia intensiva, cuando suena el teléfono y Maura dice que no quiere atender, sin embargo, el periodista le pide que hable, ya que podría ser uno de sus colegas o la gente que estaba organizando su retorno al país, ya que él quería volver.
“Mientras yo atendí y anotaba unos datos que me dio justamente el médico que me llamaba para coordinar su retorno, de pronto le miro y él (Gustavo) ya estaba pasando mal”, relató Maura. Pese a que el cáncer de colon avanzó rápidamente, nunca se entregó. Los doctores cuando explicaban al periodista que la forma en la que se desarrolló la enfermedad era extraña, él les respondía: “Ustedes van a tener el Nobel de Medicina con mi curación, porque es raro y ustedes me van a curar”.
Aunque no creía mucho en Dios, en sus últimos días, Gustavo oró y le pidió que le dé más años si es que su salud mejoraba, para “compartir con su familia de una manera digna”. Maura expresó que el próximo 27 de diciembre debían cumplir sus bodas de plata, 25 años de matrimonio. “Estoy destrozada, la palabra destrozada es poco, pero estoy en paz con mi corazón”, refirió Maura al agregar que Gustavo siempre será su ángel.
Una de las características que distinguió al comunicador fue la pulcritud con la que se manejaba en todos los ámbitos de su vida, ya que ni siquiera una media dejaba fuera de lugar. “Mi hijo y las nenas tenemos bien clara la película, tenemos que continuar y dejar su nombre y sus ganas en alto, eso es un compromiso que tenemos, entre los cuatro vamos a salir adelante y él va a estar orgulloso de nosotros “, concluyó la esposa.
Famosos paraguayos cremados
No solo los restos del periodista deportivo Gustavo Köhn fueron cremados. También se procedió de esta forma con el célebre escritor paraguayo Augusto Roa Bastos, luego de su muerte el 26 de abril de 2005, cuyas cenizas quedaron en el panteón familiar del cementerio de La Recoleta. El expresidente de la República, Eusebio Ayala falleció el 4 de junio de 1942 y recién, en la década del 70 su cuerpo fue cremado.