12 dic. 2024

“Volví de España porque tenía que reconstruir mi familia”

Enviaba dinero para negocio familiar, pero su marido lo malgastó.

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Los hijos recibieron a su madre con los brazos abiertos. Todo mejoró con la llegada de Luisa.

Imagen ilustrativa

Los dos hijos de Luisa F. perdieron el respeto por su padre, poco después de que ella viajara a España. Luisa no sabía que su marido la estaba engañando con otra mujer y que sus hijos eran presionados a callarse.

“Estuve en España trabajando durante 7 años. Lo primero que noté fue el distanciamiento de mi hija. Ella ni por teléfono me hablaba mucho”, dijo Luisa.

Los vecinos se encargaron de contarle a la doña lo que estaba sucediendo en su casa.

“Había sido mi marido no le permitía a mi hija hablar conmigo. Si lo hacía él se quedaba a su lado, para que no me cuente sus andanzas”, expresó la señora.

El dinero que Luisa enviaba era para cubrir los gastos del estudio de su hija, para que ampliaran la casa y para un fondo de ahorro con miras a un futuro negocio familiar.

“Se fue al tacho el sacrificio. Se construyó la casa pero mi marido nunca ahorró el dinero. Yo quería que haga crecer su imprenta, que compre máquinas nuevas, pero nada de eso hizo había sido”, lamentó la doña.

Los hijos

El hijo se había vuelto rebelde, pero la mayor fue quien absorbió todos los problemas de la casa.

“Ella apechugó todo el desastre de su papá. La responsabilidad cayó sobre ella. Ya ninguno de los dos veía con buenos ojos a su papá”, señaló Luisa.

La señora regresó a Paraguay en el 2012, poco antes de que le otorgaran su pasaporte español. Se vio obligada a volver para reconstruir su familia.

“Mi hija había decaído totalmente en sus estudios, es más, lo abandonó. Ella se cerró totalmente, ya no volvió a ser la misma chica alegre que yo dejé”, acotó la madre.

El hijo es el más pegado a Luisa, incluso fue a visitarla cuando ella estaba en España. La nena no quiso viajar a ver a su mamá.

Luisa tuvo que comenzar de cero en Paraguay. Nada era igual. Lo productivo de haber trabajado de lunes a lunes cuidando ancianos, fue ver su casa remodelada.

“Cuidé niños y abuelos, siempre cama adentro. No me tomaba día libre los domingos, para juntar y enviar más plata a casa. No sirvió de mucho todo eso pero si es por mí, vuelvo a España con mis hijos y le dejo la casa al señor”, remató la doña.

¿Qué opinás del fenómeno de lo...