Cuatro golazos de Roque Santa Cruz, dieron paso a una desmedida alegría para Derlis Chena y su hijo de 10 años. Aquel clásico disputado el pasado noviembre fue para ellos la mejor experiencia en las gradas.
Enloquecido de la felicidad y emocionado hasta las lágrimas, el joven de 30 años prometió en el tercer tanto de Olimpia, hacer una locura, mientras el Baby Gol daba otro derechazo directo al arco, en el minuto 70.
“Ahí mismo dije a los gritos: Me voy a tatuar sí o sí a mi ídolo, carajo”, contó a EXTRA.
A poco más de un mes de la hazaña franjeada, Chena compartió el fruto de aquel compromiso: el particular festejo de Santa Cruz ya forma parte de su piel.
“Desde San Antonio me fui a Capiatá el sábado pasado, estuve 9 horas aguantando el dolor, por amor a Roque, por amor al Decano”, añadió. Para eso, usó su aguinaldo.
“No gasté mi dinero, invertí, pero primero cumplí con mis obligaciones para darme ese gustito”, aclaró.
El fanatismo de Derlis no termina en esas tintas, el aficionado sueña con conocer a Roque. “Y si de por ahí me regala su camiseta, la encuadro”, tiró.
Van por la firma
La espectacular réplica del crack de la O está impregnada en su pierna izquierda y fue obra del tatuador Fredy Benítez, el mismo que ya había tatuado el rostro del capitán del tetracapeón en la pantorrilla de Rodrigo Burgos, exjugador de Olimpia.
“Él trabajo no está terminado aún, queremos que él estampe ahí su firma para luego tatuarla”, explicó Benítez. Luego, el artista añadirá las copas del Decano y algún dibujo que haga referencia al origen del festejo que, según Roque, le copió a su hijo Benjamín de 9 años.
Si bien Derlis no contó cuánto gastó, un tatuaje de esas características suele costar entre G. 1.500.000 y 2.000.000, dependiendo de las sesiones.