Los rumores corrían como pan caliente en Paso Yobái, departamento de Guairá.
Tanta fue la repercusión, que llegaron a oídos de la congregación Oblatos de María Inmaculada, en Asunción.
El hecho era grave y apuntaba a dos sacerdotes, por lo que la congregación misma decidió realizar la denuncia ante la Fiscalía, que empezó a investigar.
En el pueblo se decía que Francisco Javier Bareiro Acosta y Gustavo Adolfo Ovelar abusaron de cuatro jóvenes en la parroquia local.
“La denuncia se hizo en el año 2014, pero los hechos datan desde el 2011”, comentó a EXTRA la doctora Loida Alfonso, presidenta del Tribunal que ayer finalmente condenó a uno de ellos: Bareiro Acosta.
El condenado tendrá que pasar siete años en la cárcel de Villarrica, tras comprobarse que dos de las víctimas fueron coaccionadas.
“Ellos relataron detalladamente todo lo ocurrido”, dijo Loida. Contó que tres eran mayores, pero uno, menor.
Este último no participó del juicio, pues luego del hecho sus padres lo mandaron a vivir a la Argentina. “Años después también viajaron sus padres”, contó la jueza.
Bareiro negó los abusos y alegó que todo fue parte de una venganza de los chicos por haberles suspendido la participación en retiros espirituales por llevar bebidas alcohólicas, supuestamente.
Abogada anunció que apelará pena
La abogada Lucía Matto antes de salir de la sala de juicio, anunció que apelará la condena. Ella aseguró, al igual que su cliente durante su par de horas de declaración; que no existieron pruebas fehacientes para comprobar que existieron tales abusos. Además, cuestionó la elevada condena, asegurando que todas las víctimas eran mayores de edad al momento en que ocurrieron los hechos.
Tras la lectura de la sentencia, el condenado fue trasladado hasta su celda en la Penitenciaría Regional, donde deberá cumplirla.
Otros casos:
2018: Félix Gamarra Miranda, condenado a dos años de prisión en Itapúa.
2016: Estanislao Arévalos, condenado a seis años en Ciudad del Este.
2010: Juan Andrés López, recibió la condena más alta: 8 años en San Vicente, Asunción.
Silvestre Olmedo, a la espera de juicio oral desde el 2016 en Limpio.
Gustavo Ovelar, prófugo por el mismo caso del hoy condenado Francisco Bareiro.