13 dic. 2024

Jaeggli “disparó" a Calvo por requerirle 100 palos

“Era una cosa demencial lo que me pedía”, dijo exsenador.

A primera hora de la mañana de ayer, Juan Carlos Calvo llegó al domicilio de su viejo amigo, el polémico exsenador Alfredo Luis Jaeggli, en Asunción.

Luego de una conversación, empezaron a discutir, Jaeggli fue a su dormitorio, tomó un arma que tenía guardada en la mesita de luz y fue directo contra Juan Carlos, a quien apuntó y disparó.

En el primer estallido, Calvo huyó como si el viento se lo llevara y salió hacia la Avenida Mariscal López. Llamó al 911 y luego a la prensa.

Sin demora llegaron al sitio agentes de la Comisaría 6ª Metro, efectivos de la FOPE y hasta antimotines; asimismo, llegó al sitio la fiscala Belinda Bobadilla.

“Me quiso matar, me pegó cuatro tiros”, decía a gritos el excorredor de rally, temblando hasta las pestañas. El exsenador, sumamente tranquilo, abrió las puertas de su casa a los medios y relató lo ocurrido, asegurando que su amigo estaba loco. “Vino a mi casa a requerirme cien millones que supuestamente le debía hace tres años por el arreglo de mi velero (bote), era demencial lo que me pedía”, afirmó.

Contó que le pidió que se retirara de su domicilio, pero que el visitante se negó a hacerlo. “Le dije que era un ladrón y me fui a traer la pistola”, sostuvo. Ahí mismo sacó el arma (que era de aire comprimido) y apuntó hacia la cronista de Telefuturo, Alejandra Pereira, pero del arma solo salió aire, además del ruido de un disparo. Jaeggli afirmó que lo que hizo no es delito, pues su intención no era matarlo, sino simplemente asustarlo.

La fiscala procedió a allanar la casa para confirmar su versión. En el transcurso de la tarde Jaeggli fue a la sede de la Fiscalía, en carácter de detenido. Podría ser imputado por el Ministerio Público.

Su guardia dejó plantada a la novia

En medio del incidente, el que se llevó la peor parte fue uno de sus secretarios, Nelson Caballero. Él debía estar puntualmente a las 12:00 de ayer en casa de su novia. La cita era para dar el “sí, quiero”, y unirse por lo civil a su mujer, luego de 11 años de noviazgo.

Pero por el trajín que significó el episodio, tuvo que quedar en casa de su jefe y acompañarlo al momento de recibir la visita de la prensa y varios amigos que fueron a su domicilio para solidarizarse con él.