Ya lo tenía contra las cuerdas. Faltaba el golpe de gracia. Dominó casi todo el partido, pero cometió un “pecado capital”: perdonó. Parecía que Olimpia sumaba en Para Uno su segundo triunfo en el Clausura, pero a los 87 minutos apareció Balbuena. El zaguero liberteño, al mejor estilo de un delantero, enganchó de zurda y colocó la pelota con la pierna derecha a un costado del arco de Víctor Centurión.
Fue el 1-1 final de un partido en el que el Decano desplegó un buen fútbol en ambos periodos. Fue en la complementaria cuando el dueño de casa abrió el marcador a través de un certero cabezazo de Rolón, tras un tiro libre de Vargas que, así como contra Sportivo Luqueño, asistió a un compañero para que el Franjeado pudiera convertir un tanto.
A los 61 minutos, Cardozo tenía en sus botines el segundo gol, pero la “caprichosa” terminó estrellándose contra el travesaño. Dos minutos después, era Salinas el que perdonaba ante la salida de Muñoz, en un mano a mano. El charrúa tapó su disparo. Fue la tapada que lo dejaba aún con vida al Repollero. Balbuena aprovechó un despeje corto de Rolón para enmudecer el Manuel Ferreira. Ever Almeida y su hijo Iván lo gritaron a todo pulmón.
El equipo de Arce no supo cerrar el partido, se quedó más luego del gol de Rolón y eso fue aprovechado por un conjunto gumarelo que nunca bajó los brazos.
Al concluir el encuentro, un descontrolado Mario Sapriza disparó con todo. Cuestionó la labor arbitral y al rival de turno. “Somos mucho más que Olimpia. Ellos son mediocres, no nos pueden ganar. Somos mejores que ellos. Hoy el árbitro (Arnaldo Samaniego) les ayudó demasiado, pero se vio que nosotros fuimos ampliamente superiores. Y siguen sin poder ganarnos. Olimpia tiene un equipo mediocre”, disparó el presidente liberteño. Se enojó el comisario retirado.