Cuando Sergio Díaz salta a la cancha, los ojos de doña Miguela Velázquez solo apuntan al dueño de la camiseta N° 10 de Cerro Porteño. La mamá de la “joya” vive como un sueño el presente que le toca vivir a la familia del pequeño campeón azulgrana.
En casa de los Díaz-Velázquez ya preparan las maletas por la inminente transferencia del chiquilín. Su destino: la Roma de Italia. Doña Miguela no sabe aún cómo afrontar el hecho de subirse por primera vez a un avión.
“La verdad que no salí todavía del país. Le digo a Sergio: ‘papi, no sé cómo voy a hacer para subir al avión’. Él ya viajó mucho y se acostumbró a los vuelos, es ‘vivo’ ya en todo eso. Su sueño siempre fue irse al Arsenal”, contó la orgullosa mamá a RGS Fútbol.
Sergio había explotado de rabia en el Sudamericano Sub 20 al tener que ir a la banca. “No vine acá para ser suplente”, había dicho. En ese torneo y también en el fútbol local, se lo vio llorando al ser sustituido. Su mamá explicó el porqué de las lágrimas. “Desde chiquito nunca fue suplente y tampoco era de salir de la cancha. Él quiere jugar más. Yo le digo: ‘Papi, tenés que acostumbrarte, a veces tenés que estar en el banco’. ‘Es que yo quiero jugar más y me pone nervioso’, me dice. Él no quiere salir, quiere jugar todo el partido siempre. Desde chiquito se acostumbró así”, reveló doña Miguela.