Rojas no para de ganarse el cariño de la hinchada. El capitán dibujó una obra de arte para borrar un error.
Una “máquina” de correr, meter y organizar el fútbol dinámico de su equipo. Rodrigo Rojas es el hombre del momento en Cerro Porteño y apareció en el superclásico para hacerse querer aún más por la afición azulgrana. El capitán dibujó una obra de arte en el segundo tanto del Ciclón y salió a gritar a boca llena, pese a su marcado pasado en Olimpia.
“Se me venía negando en los partidos anteriores (el gol), también estaba con la espina clavada de un clásico anterior que me tocó hacer un gol en contra, que esa vez nos privó de una victoria. Por suerte el fútbol te da revanchas”, enfatizó. A d e m á s se refirió a su festejo. “Sí, sin dudas (fue el gol que más gritó), más por como veníamos, realmente nadie daba mucho por nosotros y sabíamos que nos debíamos una victoria y un partido así”, explicó el volante luego del juego.
EL COMPADRE
Pero Rodrigo no estuvo solo, tuvo a un compadre de la gran siete en la mitad de la cancha: Marcos Riveros. “El chivito”, quien se mandó un partidazo marcando los tiempos con maestría, dejó su análisis del gran triunfo azulgrana ante el acérrimo rival. “En el primer tiempo fuimos muy superiores en todo sentido, en la segunda etapa se emparejó más, pero ellos nos crearon muy pocas ocasiones. Estoy muy contento por el triunfo, por momentos jugamos bien”, comentó. El plantel dedicó el triunfo al ex DT, Gustavo Florentín.