La reventa de entradas es un problema no solo local, sino un mal a nivel internacional, donde fanáticos del fútbol (y otros eventos) son perjudicados en sus finanzas por gente que usa y abusa de esta peculiar práctica que más se da en los eventos deportivos. Poco o nada importó esto al Presidente de la República, Horacio Cartes, quien vetó el proyecto de ley 5632/16, que intentaba prohibir la reventa de entradas y que fue sancionado el 23 de junio.
Sus principales argumentos fueron que tenía varias imprecisiones y además no establecía quién debía ser la autoridad que debía aplicar las normas de la propuesta de legislación, según argumenta el Decreto 5536.
Sin límites
“No distingue una simple transacción comercial o simple reventa con la reventa regular y de entradas, y la convierte en una norma desmesuradamente amplia que prohíbe todo tipo de reventa sin mayores discriminaciones, restringe el verdadero alcance del mismo”, reza una parte del dictamen del Ejecutivo.
En cuanto a los castigos que suponía por dedicarse a este negocio, se mencionó las penalizaciones con multas, confiscaciones de boletas y pena de cárcel de hasta 3 años, pero el Ejecutivo alegó que falta una redacción más específica que evite varias interpretaciones. Otro punto que también objeta el mandatario es que en ninguna parte se mencionan las “entradas de cortesía”. Mientras, los “oportunistas” seguirán metiendo la mano en el bolsillo de los hinchas más desprotegidos.