En lo que fue el puntapié inicial de la Copa Paraguay, Atlántida goleó 4-0 a Presidente Hayes y la figura del partido fue Fernando Brambilla, que abrió el océano que mareó de goles al cuadro del barrio Tacumbú de Asunción.
Fernando ya tenía preparado un festejo especial para su padre, que el jueves cumplió 61 años. “Ni Messi ni Cristiano. Mi ídolo siempre fuiste vos. ¡Feliz cumple, Papá!”, se lee en la casaca especial que ideó el goleador. “Nuestros padres son cómplices de nuestros sueños, la primera reacción que tuvo fue de enojo porque me saqué la casaca y equivale a una amonestación. Después se quebró, porque es un poco sensible, se puso contento y orgulloso”, reveló Fernando en diálogo con EXTRA.
Su papá, Rubén Brambilla, la vio por TV, no pudo asistir a la cancha por motivos laborales, pues es médico veterinario y atiende un laboratorio. Dicha profesión heredó el futbolista, que está en el último año de la carrera de Veterinaria. Como la mayoría, su animal preferido es el mejor amigo del hombre, el perro. Apenas puede, pero distribuye su tiempo para dedicarse a ambas cosas. “El fútbol no es eterno y tenemos que abrazar otra profesión”, afirmó el atleta.
Para el sanlorenzano, este torneo es un sueño hecho realidad, pues brinda la ocasión a los jugadores de mostrarse y demostrar que el balompié paraguayo no termina en la Primera División; que el ascenso tiene valores y va evolucionando con buen fútbol.
Sin querer queriendo
Fer, que es capitán de Atlántida, contó que su papá se suele poner nervioso durante los partidos y recordó una anécdota especial, de cuando su progenitor le agredió sin querer queriendo. “Cuando estaba en las inferiores de Nacional, en un partido contra Libertad en el Colegialito, estábamos ganando 2-0 y nos empataron con un penal dudoso. Los padres se volvieron locos, él ni te cuento. Empezaron a tirar botellitas al árbitro y uno me roza a mí, me doy la vuelta y veo a mi padre como cabecilla en las gradas”, rememoró entre risas. Fer demostró grandes condiciones.