Desde la tardecita de ayer, Nicolás Leoz está preso en su casa. El expresidente de la Conmebol fue dado de alta en el sanatorio Migone luego de que el juez penal de garantías Humberto Otazú haya decretado su prisión domiciliaria. La medida alternativa fue otorgada a raíz de la avanzada edad (86) y el estado de salud de Leoz, quien fue imputado por la fiscalía estadounidense por delitos como lavado de dinero, fraude y conspiración.
Lo quieren en EE. UU.
Sobre el dirigente deportivo, quien llevaba internado cinco días en el sanatorio de su propiedad, pesa una orden de captura con fines de extradición a Estados Unidos. “Le hice saber sus derechos constitucionales y que podía acogerse a una extradición simplificada, a lo que él respondió que no. Dijo que no sabe los delitos por los cuales se lo acusa”, explicó Otazu, tras reunirse con él en el centro asistencial en horas de la mañana. En el lugar también se procedió a la audiencia de identificación, uno de los requisitos que forman parte del proceso de extradición.
El magistrado señaló que, a partir de ayer, el gobierno estadounidense tiene 60 días de tiempo para presentar un pedido formal de extradición y arrimar todas las pruebas que tiene en contra del dirigente deportivo. Añadió que, posteriormente, la defensa podrá acceder al expediente para ejercer su descargo. “Se lo ve un poco afligido, pero noté que estaba lúcido”, comentó el juez.
Leoz fue trasladado a su domicilio, situado en la zona de Villa Morra de la capital, con custodia policial. A partir de ahora, no puede salir ni a la vereda de su casa, explicó Otazú.