El Ciclón, lejos de su mejor versión futbolística y anímica, volvió a sonreír en el torneo casero luego de tres caídas seguidas, derrotando a Rubio Ñu por 1 a 0. El triunfo llegó en un momento justo, a días de la revancha ante el Atlético Nacional, en Medellín, por la Sudamericana.
El duelo, que tuvo lugar en un vacío Defensores del Chaco, no llenó las expectativas. Pero Cerro Porteño no estaba abocado en la tarea de hacer un show en Sajonia, la consigna era sacar adelante la prueba y a enfocarse de lleno en la Copa.
En un momento, Álvaro Pereira impuso su picardía y generó un penal para el conjunto local. Cecilio Domínguez, el infalible, colocó a la caprichosa a un costado de Tobías Vargas y salió a festejar mostrando la camiseta azulgrana N°22, dorsal que eligió usar en honor a la fecha de nacimiento de su pequeño hijo, Thiago, cuyo nombre estaba escrito en el uniforme del crack azulgrana.
Cerro Porteño bajó la intensidad en el segundo tiempo y pasó algunos sofocones e incluso tuvo que invocar a la fortuna para evitar el empate albiverde. La victoria sirve de envión anímico al Ciclón, que engrosa su acumulativo pensando en la cuarta plaza, mientras que Rubio Ñu cada vez se preocupa más del tema promedio.