Los hinchas del “Timao” escupían de rabia, se santiguaban, lloraban. En la cancha, los Guerreros y compañía eran el fiel reflejo de la desazón. El “jogo bonito” del Corinthians nunca llegó en esta llave. Quizás ocurrió lo que Vágner Love admitió en la previa a la revancha: el equipo brasileño subestimó demasiado al Aurinegro.
Sobran los calificativos para graficar la tremenda hazaña del equipo paraguayo. El Indio tumbó a Corinthians con total justicia. Tanto en el Defensores como en suelo paulista Guaraní dio cátedra de practicismo y se quedó con una histórica clasificación a los cuartos de final de la Copa.
El Aborigen jugó anoche con la desesperación de los brasileños y planteó un juego inteligente. Claro, Corinthians salió a atropellarlo desde el pitazo inicial, pero nunca encontró la llave para abrir la cerradura aurinegra.
Fernando Fernández ingresó casi al terminar el partido en lugar de Santander. A los 91 minutos amortiguó la pelota con el pecho y definió con clase ante Cassio. El flechazo hizo que los corinthianos rompieran aún más en el llanto. Los de Guaraní también terminaron llorando, pero de pura felicidad.