Mejor actitud, mayor volumen de juego y más equilibrio, son algunas de las virtudes que recuperó Cerro Porteño con el cambio de timón. No obstante, la mejoría no fue suficiente para lograr el primer triunfo en el torneo. El Ciclón tuvo que recurrir a su banco para evitar una caída que parecía inminente ante Libertad, en el clásico moderno del balompié guaraní.
El duelo, que se disputó en el Defensores, tuvo pasajes de muy buen ritmo, donde los dos equipos tuvieron su momento de protagonismo. Cuando recién corrían 3’, una desatención defensiva dejó a Santiago Salcedo, delantero repollero, mano a mano con Antony Silva. El arquero cerrista se lució ante el goleador de América en el 2015, en dos ocasiones.
Los hinchas todavía ni se acomodaron para el segundo tiempo cuando Jesús Medina se metió con decisión y con un poco de fortuna encontró el blanco y desató el primer grito sagrado en Sajonia con un zurdazo sublime.
En los minutos posteriores, Medina sacudió en dos ocasiones generando cierto quebranto a Antony. El Ciclón comenzó a imponer mayor posesión, ayudado por la estrategia repollera, que se dedicó a replegarse y contraatacar. Los cambios inyectaron profundidad a Cerro Porteño, que llegó a la paridad a los 77’.
Tiempo de locura
Cecilio Domínguez agarró el balón y lo que hizo después se resume en: “Bailó a la defensa rival”. Luego, el “Loco” cedió el balón para que Pablo Velázquez pueda tener su debut goleador. Cecilio estaba iluminado y agigantó su figura cuando, saliendo de su libreto, salvó su arco de manera magistral, anticipando un tiro libre de Ángel Martínez, que tenía destino de red. Antony estaba vencido. Empate final con sabor a poco para los dos.