Como si se tratara de una especie de realeza la clase política de nuestro país nos imponen a sus hijos y familiares en los cargos administrativos del Gobierno más importantes.
Estos “príncipes” y “princesas”, hijos de grandes ladrones, son tan nefastos como sus progenitores. Al igual que sus papis y mamis no cuentan con la preparación académica necesaria para asumir un cargo de relevancia, muchos ni siquiera han pasado por alguna facultad.
Por ejemplo el caso de Ariel Oviedo, quien aunque muchos no lo sepan porque vive escondido, es el ministro de Medio Ambiente.
Estamos atravesando una de las peores crisis ambientales de la historia, sequía, ríos contaminados, deforestación, olas de calor, animales silvestres casados por cretinos, etc.
Pero al señor ministro del Ambiente solo aparece en las concentraciones políticas del partido Colorado
¿Cuál es su mérito? Ser hijo del recordado Lino Oviedo.
La diputada Kattya González exige de forma justificada su interpelación por inacción y hechos de corrupción. “Es un analfabeto en tema ambiental”, disparó. Sabemos porqué Oviedo está calentando esa importante silla, se trata de un caso más de nepotismo, que nos duele y arde a todos.