Cuando se detuvo el motor de su camioneta, Tadeo Valdez bajó para revisar el desperfecto mecánico, mientras caía una leve llovizna en la tarde noche del sábado. En un principio, el camino estaba despejado de agua.
Después de una hora, grande fue su sorpresa cuando el agua del río Ypané comenzó a desbordar en la zona de Paso Fortuna, Pedro Juan Caballero, Amambay, y el panorama empeoró para él y sus acompañantes. “Esa parte es una curva, estaba todo normal, pero quién iba a imaginar con qué velocidad nos iba a agarrar el agua. Cuando nos dimos cuenta, tuvimos que subirnos en el capó”, relató Valdez a EXTRA.
Impotencia
El hombre, un contratista, contó que regresaban de finalizar la jornada laboral en una de las estancias, junto a tres empleados, un hermano y otros dos jóvenes que no conocía, pero a quienes alzó durante el trayecto. “Después ya nos asustamos. La correntada era muy fuerte, no había forma de salir de ahí. Fue muy desesperante”, expresó la víctima.
En la angustia del momento se les ocurrió atar el vehículo por un árbol para evitar que fuera arrastrado, se subieron al capó de la camioneta, pero no fue suficiente para sentirse a salvo.
“Con una soga y alambres atamos el vehículo. Eso usamos como un tipo de puente para subirnos a un árbol”, señaló.
Cuando todos subieron, rezaron para que el mal momento pase y así como las interminables siete horas que estuvieron atrapados en medio del agua. “Llamamos a los policías y a los bomberos, pero nadie podía hacer nada por nosotros. No tenían lancha que tenga fuerza. Se quedaron con nosotros, pero desde el otro lado del agua. Yo solo pensaba en mi familia”, aseguró Valdez.
Recién en la madrugada el terror para los hombres terminó, cuando el nivel del río bajó y pudieron ser rescatados. “Gracias a Dios, no pasó a mayores”, dijo.