Cuando el termómetro marcaba ayer por la mañana los 5 grados centígrados, los chicos del séptimo, octavo y noveno grados de la Escuela Villa Laurelty, de San Lorenzo, daban clases en uno de los pasillos de la institución. “Los alumnos de la mañana sufren un poco más, ya que tenemos el arroyo San Lorenzo cerca y así se siente mucho más el frío”, lamentó la directora Rossana Mendoza.
Luego de que en septiembre hayan dejado de utilizar el pabellón por falta de garantías, los estudiantes dan clases en pasillos cubiertos con carpas de hule. Los materiales fueron donados por algunos jóvenes de la ciudad universitaria, pero no son suficientes para contrarrestar las bajas temperaturas.
“Hacemos todo lo que podemos. Algunos vienen con hambre, tienen frío. Muchos de los niños son de familia de escasos recursos. El aprendizaje se hace difícil para ellos”, admitió la profesora Blácida Benítez.
Mendoza reconoció que son varias las necesidades en la casa de estudios. "(Faltan) sillas, pizarras y merienda escolar. Más de 90 alumnos están sin aulas desde septiembre del año pasado, cuando la estructura del pabellón empezó a caer a pedazos” detalló. Las autoridades del Ministerio de Educación aseguran que utilizarán un fondo de más de US$ 225 millones para la reparación y ampliación de los edificios de las instituciones educativas públicas del país.