“Hace mucho que no me divertía tanto, como lo estoy haciendo con ustedes”, había tecleado en un comentario en Facebook Marcio Antonio Benítez Vera, tan solo minutos antes de su muerte, agradeciendo especialmente a su señora Elda Rojas, por “uno de los mejores carnavales” que había vivido. Lo que él no sabía es que era el último.
Eran cerca de las 23:00 del martes, cuando el corso llegaba a su fin en la línea que divide a Capitán Bado (Amambay) con Coronel Sapucaia (Brasil). Marcio había decido retirarse, momento en que fue sorprendido por un par de motosicarios que, sin mediar palabras, abrió fuego contra él, hiriéndolo mortalmente. La víctima falleció al instante, según los datos.
22 tiros: un herido
Del lugar, agentes de la policía brasileña alzaron un total de 22 vainillas servidas de un arma de fuego calibre 9 mm. Otro joven de nombre Robert Fabricio Suárez fue alcanzado por las balas y lo trasladaron hasta el hospital local. Posteriormente fue derivado al Hospital Regional de Pedro Juan Caballero.
Elda declaró que hace tan solo nueve días se habían mudado a Capitán Bado. Afirmó además que su marido no recibía amenazas, pero admitió que hace cuestión de un año había abandonado la cárcel, donde pasó varios años.
Sería venganza
Según datos policiales, se sospecha que el crimen tiene toda la pinta de un ajuste de cuentas. Marcio había sido detenido en el 2013 con 1,24 kilos de cocaína, armas de grueso calibre y hasta granadas. Además era primo de un narco, Nery Vera, quien fue asesinado en el 2012 en Ponta Porá, ciudad fronteriza de Brasil.