Más de 1.000 taxistas se movilizaron nuevamente ayer sobre la avenida Mariscal López, en Asunción, y lograron que se suspenda la habilitación de una nueva parada. Mientras, se lleva adelante una mesa de diálogo que durará dos semanas.
Poco después del mediodía, sorpresivamente el “enjambre amarillo” adelantó la medida de protesta prevista para las 16:00 y se agolpó frente a la municipalidad capitalina a la espera de una reunión con el intendente Mario Ferreiro. Cerraron ambas calzadas de la arteria, por lo que agentes de la Policía Municipal de Tránsito establecieron los desvíos y pidieron evitar el trayecto.
A las 15:00 se inició la reunión entre el jefe comunal y los principales representantes de la Asociación de Profesionales Taxistas del Asunción (APTA). Tras el encuentro, decidieron formar la mesa de diálogo que, luego de 15 días, deberá establecer una resolución que beneficie a ambas partes.
Los motivos
Arístides Morales, titular de APTA, recordó que la protesta, que inició la semana pasada, se debe a la habilitación de paradas de forma indiscriminada, sin respetar lo establecido por odenanza municipal, como el estudio de mercado y llamado a licitación. El conflicto inició debido a que la Junta Municipal aprobó la apertura de una nueva parada sobre Yby’a y Ñandutí, barrio San Pablo, en cercanías del Mercado de Abasto.
Ferreiro firmó un acuerdo en el que se comprometió a no habilitar ningún móvil hasta que se tenga un resultado de la mesa de trabajo. Lamentó el cierre de la avenida y alegó que nunca se negó a recibir a los trabajadores del volante.