Detrás de los barrotes, percibiendo un extraño olor a azufre, en el Pabellón Libertad están los reclusos que deciden aprender un oficio para rehabilitarse. “En la cárcel hay dos cosas nomás por hacer, ganar o perder tiempo, nosotros aprendiendo un oficio ganamos tiempo, el que quiere se rehabilita”, señaló Adrián Fernández, forrador de termos y recluso de Tacumbú, sobre quien pesa una pena de 15 años de condena por robo y secuestro.
El Instituto Paraguayo de Artesanía (IPA) entregó carnés de artesanos a los presos que realizan trabajos artesanales en la penitenciaría nacional.
QUIEREN VENDER
Por su parte, el recluso Óscar Fernández, quien tiene condena de 10 años por venta de droga, dijo que aprendió un oficio dentro de la cárcel. “Es importante que la gente sepa las cosas lindas que hacemos acá, yo aprendí a forrar termos y me va muy bien, ahora puedo ganar mi propia plata y ayudar a mi familia”, comentó.