13 dic. 2024

“Solamente comía una vez por día y casi no tomaba agua”

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Terribles fueron las secuelas que sufrió la joven de Ñemby.

“Casi le mató a mi chiquitita”, dijo Don Andrés Camelli, antes de empezar a relatar el terrible tormento que pasó Adolfina, su hija, quien era golpeada por su pareja por cada “me gusta” que sus contactos le ponían en el Facebook.

El doloroso episodio comenzó cuando una compañera de su hija fue a la casa. “Su amiga me mostró la foto de su pierna que ella le mandó y me asusté, automáticamente dije que le quitaría de ahí como sea”, relató el padre. Pero el infierno lo vivió su hija quien durante 12 días estuvo secuestrada por su pareja a punto de morir, por tantos golpes que recibió.

“Cuando le vi se me partió el corazón, es imperdonable lo que le hizo”, dijo angustiado el hombre. “No se puede levantar, ni comer, apenas abre sus ojos, le suturaron los labios, está muy triste y tiene miedo”, siguió contando el papá. El caso ocurrió en noviembre del año pasado y tuvo una gran repercusióna nivel internacional. La pareja vivía en Ñemby.

“Las veces que le pegaba le volvía a pedir perdón de rodillas”, recordó Don Andrés, quien manifestó que hace dos años el acusado ya le había agredido a su hija. En esta ocasión, “no se podía ni mover, no durmió de dolor todos estos días. Comía solo una vez y casi no tomaba agua”.

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“Una vez nos pegó con un hierro, a mí y a mi yerno, nos rompió la cabeza y siempre pedía que se le perdone”, dijo. “Solo espero que un día mi hija vuelva a sonreír”, acotó. Adolfina y su pareja trabajaban en una telefonía, el hombre no solo la encerró sino mandaba mensajes a su patrón en su nombre diciendo que renunciaba al trabajo.

Luis Carlos Báez, director médico del Hospital de Trauma, informó que la víctima ya tiene el alta médica, pero que seguirá tratamiento psicológico.

Arnaldo Martínez, abogado de la familia, comentó que el agresor ya fue imputado por la fiscala Claudia Aguilera por feminicidio, en grado de tentativa, y privación ilegítima de libertad y se expone a una pena de 30 años. “Trabajaremos para que haya una pena ejemplar, para que los demás agresores piensen antes de cometer este tipo de atrocidad”, declaró el letrado, quien expresó que su cliente teme por su vida. “Le dijo que desde la cárcel puede ordenar a cualquiera para que la liquide”, contó. “Es un milagro que esté viva”, finalizó Martínez.

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