Gabriel Queiroz, sicario contratado por wasap para atacar al prefecto.
Un contrabandista de cigarrillos de Salto del Guairá (Canindeyú) aparece como el mandante del atentado contra el prefecto Dirceu Bettoni, de Paranhos (Brasil), según reveló el autor confeso Gabriel Queiroz (26), al señalar que el “contrato” para el ataque fue negociado a través del wasap. Pero asegura que no cobró todo porque su víctima sobrevivió.
Queiroz, quien tiene antecedente por robo, dijo que se encontraba trabajando como auxiliar de enfermería en Campo Grande (a más de 450 kilómetros del lugar del atentado), desde donde contactó con un tal Claudio, contrabandista de cigarrillo que vive en Salto del Guairá. Fue la persona que le ofreció el sangriento “trabajo” a través del wasap.
Y el detenido aceptó la oferta, también con un mensaje por la misma aplicación. El trato quedó en 20.000 reales (poco más de 28 millones de guaraníes). Entonces quedó en que el domingo 10 de junio debía viajar hasta Siete Quedas, cerca de la frontera con Paraguay.
Viajó hasta ese lugar, donde le esperaba el paraguayo Jomar Lemes (47), el intermediario que murió acribillado tres días después del atentado, frente a la plaza central de Paranhos. Lemes le mostró en el celular la foto del objetivo a quien debia matar y le llevó hasta el barrio de Bettoni para indicarle la casa. Viajaron en un Fiat Strada roja, recordó.
Cuando Jomar le dio todas las indicaciones, también le entregó 5.000 reales, diciendole que por orden del patrón, el cigarrillero Claudio, el resto del dinero (es decir los 15.000 restantes) le daría una vez que matara al hombre de la foto. Con 1.500 reales compró la moto que usaría para el ataque y el resto depositó en un banco, relató el detenido.
En su declaración ante la policía, Queiroz jura que no sabía que su objetivo era nada menos que el prefectode la ciudad. Lo cierto es que cuatro días después de la reunión con Jomar, agarró sus dos pistolas -una calibre 32 y otra 38- fue y esperó a Bettoni cerca de su casa. Cuando le vio llegar manejando su Toyota Hilux, descargó primero la 32 dejando malherido a la autoridad y luego, en su huida, también disparó la 38, contó.
Relata también que posteriormente tiró su ropa y abandonó la moto en la salida de la ciudad esa noche del jueves, mientras el alcalde era socorrido y llevado al hospital, donde le extrajeron las balas. A continuación, el homicida confeso dice que fue hasta un bar a jugar baraja donde escuchó la noticia de que el prefecto había sido atacado esa noche.
Gabriel dice que al darse cuenta de quien era su víctima llamó de inmediato a su mujer, Djuly Priscila Couto (28), quien fue a buscarle. También sostiene que su pareja no tuvo nada que ver con el atentado. En tanto, el tabacalero Claudio le llamaba a Jomar para decirle que no depositaría los 15.000 reales faltantesporque ya había escuchado la noticia de que el prefecto había sobrevivido.
Si recibir la paga, ambos quisieron volver a Campo Grande, pero el sábado fueron detenidos y continúan en prisión. Posteriormente, el domingo pasado, el intermediario Jomar Lemes fue llamado a declarar pero murió acribillado al salir de al sede policial. Ya después se supo que también tenía un documento brasileño con el nombre de Jomar Alcange de Oliveira.
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