Jorge Pedrozo es un docente que enseña desde el primero al sexto grado en la escuela Arroyo Moroti, de Alto Vera, Itapúa. A pesar de las carencias de la institución, se empeña en sacar adelante a sus alumnos de la comunidad indígena Mbya Guarani.
Pedrozo tiene a su cargo 60 niños que hablan solo el idioma guaraní de la parcialidad, y ahora están aprendiendo las primeras palabras en castellano, gracias al maestro. “Es difícil para ellos, pero se esfuerzan”, manifestó el profesor de 37 años.
“Mis colegas me dijeron que había lugar en escuelas más cercanas a mi casa, en Coronel Bogado, pero no quise dejarles a mis alumnos porque ya les tomé cariño”, expresó Pedrozo, quien cada sábado recorre unos 140 kilómetros en moto para ir a su hogar y los domingos regresa hasta el centro educativo.
La comunidad nativa no cuenta con energía eléctrica ni tampoco con agua potable, por lo que beben de un manantial cercano a la escuela.
Bajo árbol y sin baño
El profesor lamentó que no cuenten con baños, por lo que los niños se ven obligados a hacer sus necesidades fisiológicas en el monte. Actualmente, dan clases bajo los árboles debido a que el tinglado que utilizaban se encuentra muy deteriorado y temen que en cualquier momento se caiga. “Después de mucho pedir, ahora están construyendo dos aulas”, contó el docente.
A pesar de contar con todo el respeto de los chicos a su cargo, Pedrozo necesita que haya otro profesor en la escuela, viajar para realizar trámites referentes al centro de estudios no tiene otra opción más que suspender todas las clases. Una de sus grandes satisfacciones es contar con el apoyo de toda su familia y amigos.
Para el festejo por el Día del Niño donaron golosinas y chocolatada que los alumnos de la escuela Arroyo Moroti disfrutaron con inmensa alegría.