“El ruido de los roncadores es lo que más molesta”, sostuvo Patricia Robles, una de las tantas vecinas de la zona de Ñemby que todos los días, a partir de las 18:00, sufre por el ruido de las motos con roncadores que transitan en la avenida Acceso Sur y emiten sonidos ensordecedores. La mujer indicó que cuando está frente a su casa no puede mantener una conversación normal con otra persona, pues debe parar el diálogo, dejar que pasen las motocicletas y luego continuar.
Esta situación se agrava los fines de semana, días en que los motociclistas usan Acceso Sur como pista de carreras clandestinas. “No respetan luego, nosotros no podemos salir de noche ni los fines de semana porque ellos atropellan cuando uno quiere entrar a la casa”, dijo Gladys Benítez, otra vecina que sufre penurias cuando estos motociclistas se encuentran.
Según el oficial Adolfo Cornet, de la Comisaría 11 Arroyo Seco, la municipalidad, por ordenanza, prohíbe el uso de roncadores, por lo cual los inspectores comunales deben incautar los ruidosos caños de escape. Javier Torres, trabajador de un taller de la zona, manifestó que los roncadores son adquiridos desde G. 130.000. Los más costosos llegan a los 500.000 guaraníes.
La mano de obra cuesta entre 15 a 20 mil guaraníes y colocar estos aparatos en las motos lleva un promedio de 20 minutos. Sin embargo, muchos motociclistas, para no gastar, realizan el conocido “escape libre” a sus motos, es decir, sacan los silenciadores para generar ruido.