24 abr. 2024

Quiere crear Asociación de Gente Honesta del Paraguay

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23. En honor al monto que devolvió.

“Dios me puso una prueba y yo supe actuar, es por eso que soy bendecido”, contó Darío Acosta, el panchero y locutor de Ciudad del Este que se ganó todos los aplausos en enero del 2017. El trabajador encontró nada más y nada menos que G. 23 millones en la calle y los devolvió.

A un año de ese episodio, el hombre contó a EXTRA el cambio que tuvo su vida desde aquella buena acción, no sin antes adelantar que quiere conocer a los otros honestos que hace poco devolvieron dinero y formar un grupo. “Pienso crear una Asociación de Gente Honesta del Paraguay”, afirmó.

“Soy mejor persona, intento siempre tener a Dios como guía”, manifestó el trabajador. “Recuerdo que unas 60 personas me contactaron por Facebook para comprarle una bici a mi hijo. Otras 10 personas de Salto del Guairá, y otras aquí, en mi departamento”, contó. Viendo este gesto, Darío pidió que en nombre de su pequeño donaran las bicicletas a otros niños.

Recompensa

“Aparte de mi hijo, 6 niños más tuvieron bicicleta por esta zona”, contó. El dueño de la billetera perdida le había regalado G. 1.000.000. Además, su patrón le dio otro millón. “Con esa plata saldé una de mis tantas deudas”, mencionó.

Le llovieron solicitudes de amistad durante todo este tiempo, así como se le multiplicaron los beneficios. “Una casa de electrodomésticos me ofreció quitar todos los electrodomésticos a bajo costo”, recordó.

Pero la recompensa más reconfortante para este humilde trabajador es la gratitud de la gente. “Hasta ahora me recuerdan, mis clientes comparten conmigo, me felicitan y eso es lo más lindo”, expresó, emocionado.

Darío recordó una particular anécdota. “Se acercó un desconocido, me pasó la mano y me dio un G. 50.000. Me denominó la ‘imagen buena de Alto Paraná, el mejor perfil’”, sostuvo. El hombre no se detuvo y siguió vendiendo los deliciosos panchos.

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No faltó el que se quiso aprovechar, contó Acosta. “Políticos quisieron usarme a mí y a mi carrito como campaña, pero me negué”, añadió.

“Ja’u la Choripán, 23”, le gritaban, mientras se daba esta entrevista. “El 23”, como lo llaman, lleva impregnado en su carro, como símbolo de honestidad y sacrificio.