“Siete cruces, siete velas negras, caña, cigarrillos y varios papeles quemados con nombres de personas encontramos alrededor de la tumba de mi mamá, que fue rota y arrastrada más de 5 metros”, manifestó Juan Pérez, de Pilar, Ñeembucú.
Rompieron todo
El señor, junto con sus hermanos, fueron como todos los sábados a visitar a su mamá, en el Cementerio Municipal, pero grande fue la sorpresa y el dolor, cuando vieron que el candado del panteón había sido forzado.
El ataúd fue arrastrado hasta la cruz mayor y para trasladarlo hasta el lugar, los inadaptados tuvieron que romper todo a su paso, ya que no se encontraba muy cerca. “No sabemos porqué eligieron el de mamá; si era por ubicación tuvieron que haber elegido otras tumbas que estaban más cerca. Enfrente del panteón de mamá había otro panteón más grande y el espacio entre ambos es muy angosto. Echaron todas las luces y rompieron todo el cajón. Creo que eligieron la tumba de mamá a sabiendas que era de ella”, supuso Pérez.
Dolor
El denunciante aseguró que realizaron “un rito satánico” con los restos de su madre; lamentó que las autoridades no resguarden el campo santo. “Siempre amanecen animales muertos sobre los nichos pero nunca llegaron a tanto, tiene que poner guardias”, dijo.